martes, 8 de abril de 2008

Deporte y Salud

La información que a continuación exponemos es el artículo de Galaz, M ; (1996). Mamá, ¿qué quieres, una hija o una medalla? El País, 15 de octubre, pp 48-49. Está extraída del libro Actividad Física, deporte y salud de José Devís, Ed. Inde (2007).

María estuvo concentrada durante el año previo a la Olimpiada de Atlanta de 1996 como miembro del equipo español de gimnasia rítmica. En su diario nos cuenta la disciplina a la que estaba sometida y la angustia con que vivía esta situación. Entrenaba diez horas diarias. La dieta era escasa, baja en calorías y repetitiva. El agua llegó a ser un elemento prohibitivo porque sólo le dejaban tomar un vaso al día. Su mayor temor era el enfrentamiento diario con la báscula y el castigo por incumplir lo establecido. En ese caso la cena se reducía a la mitad, es decir, a una pieza de fruta o un yogur. Ella misma se provocaba el vómito para no ser castigada. En estas circunstancias la comida llegó a ser una obsesión para ella y sus compañeras. Soñaban con la comida e intentaban comer a escondidas, pero el perro de la entrenadora estaba adiestrado para buscar comida por las habitaciones. Tenían dificultades para conciliar el sueño por las noches debido al sobreejercicio. Alguna de ellas tuvo mareos en los entrenamientos como consecuencia del gran esfuerzo realizado. Durante ese año no fueron a la escuela y la entrenadora les proponía que estudiaran por la noche cuando la fatiga era extrema. Ademá, María tuvo que mantener su noviazgo a escondidas porque la entrenadora consideraba que interfería en su trabajo. Conforme se acercaba el gran acontecimiento olímpico la disciplina era mayor y la presión insoportable. María empezó a entrar en una crisis psicológica que no le permitía rendir, pero en ese momento nadie la ayudó, ni siquiera el psicólogo del equipo. Las sesiones con él le servían para desahogarse en contra de la entrenadora, pero no le daban soluciones porque seguramente irían en contra del objetivo deportivo. Acabó por llamar a su madre y plantearle la pregunta siguiente:"Mamá, ¿qué quieres, una medalla o una hija?". Y volvió a casa.

Una vez leído el artículo, ¿qué pensáis? Os proponemos unas preguntas para guiar los comentarios, aunque podéis opinar de la forma que queráis.

- ¿El fin justifica los medios?

- ¿Está disfrutando la deportista de una actividad tan bonita como la gimnasia? ¿Le merecerá la pena ganar una medalla después de lo que ha pasado?

- ¿Qué tipo de preparación le han dado a la entrenadora para que actúe de tal manera? ¿Es cuestión de preparación teórica o de personalidad?

11 comentarios:

nolmar dijo...

El presente artículo publicado en el periódico El país, ya he tenido la oportunidad de leerlo en el libro de lectura obligatoria de este año en la asignatura Deporte y Recreación. Es un artículo que da mucho que hablar y tiene que ver con los temas que estamos recibiendo en la presente asignatura. Así pues, de una forma más o menos acertada intentaré contestar a las preguntas según mí visíón de la circunstancia.

- ¿El fin justifica los medios?

Tajantemente NO, y más aún cuando se encuentra en riesgo la saludo de las personas. La deportista con nombre María dado el entrenamiento tan estricto y dieta escasa tuvo síntomas naturales de que funcional y orgánicamente había algo en su cuerpo que no funcionaba, es decir, es una sandez la prohibición de ingesta de agua para aumentar el rendimiento como pretendía la entrenadora, ya que el agua nos aporta los iones suficintes para alimentar a nuestras células en la vida y transformación de energía, además el 60 % de nosotros nos componemos de agua, sin agua no somos nada. Por lo que por encima de una marca o medalla se encuentra la vida de las personas, se pueden obtener igual o mejores resultados sin llegar a los extremos planteados por la entrenadora.

- ¿Está disfrutando la deportista de una actividad tan bonita como la gimnasia?

NO, ya que tanto su salud física como bienestar psicológico se encuentran en detrimento por los métodos de entrenamientos llevados a cabo, una actividad tan estricta y disciplinada le provoca a María cusdros psicológicos negativos que le hacen no disfrutar de la actividad y de ahí que telefonee a su madre y le haga la célebre pregunta de medalla o hija.

¿Le merecerá la pena ganar una medalla después de lo que ha pasado?

Considero que NO, ya que si para ganar una medalla se debe de atravesar dichas angustias como las narra el artículo, considero que la querencia y valor intrínseco del deporte no es el que nos viene a expresar el artículo, ya que si el deporte es salud, en este caso determinado no se reúnen las condiciones favorables encaminadas a la obtención de la saud, por lo tanto es insalubre y no le merece la pena canjear una medalla por las angustias sufridas.

- ¿Qué tipo de preparación le han dado a la entrenadora para que actúe de tal manera?

Desde luego una preparación nada profesional con carencias en entrenamiento y fisiología sobretodo, además de una enseñanza de tipo militar y autocrática, siendo una verdadera sátrapa que controla y prohíbe alimentos tan esenciales como es el agua. Desde luego y depende del microciclo en el que te encuentres vas a realizar una sesión de carga, impacto o de descarga, sin embargo llegar a la extenuación realizando entrenamientos de carga en todas las sesiones es castigar y sobreentrenar al cuerpo humano.

¿Es cuestión de preparación teórica o de personalidad?

Considero que es más la primera que forma a la segunda, es decir, en base a la creencia errónea en la cual ha sido educada, esta persona ha sido formada y configurada acerca de el aprendizaje en el cual se ha desarrollado, formando una entrenadora de tipo autocrático con metodologías pasivas y una fuerte coacción física y psíquica sobre las deportistas. Está demostrado que los líderes que son democráticos tienen mayor aprobación social entre las personas.

Por Noel Olcina Martínez

Unknown dijo...

¿El fin justifica los medios?
No. Es inadmisible tot el que tenía que fer aquesta esportista per a intentar guanyar una medalla. Crec que mitjans utilitzats van contra la moral de l’esport, ja que dubte que en aquest cas l’esportista estaguera disfrutant de l pràctica esportiva. A més, les patologíes que tenía degut a la falta d’aliments eren preocupants. Les deu hores diàries d’entrenament eren abusives, ja que estava produïnt-se una fatiga que anava acumulant-se. Pense que els mitjans en els quals es basava aquest entrenament eren molt excesius, i per tant desde el meu punt de vista hi ha que disfrutar de l’esport en cantitats saludables. Per tant aquest mètode era una absoluta barbaritat, ara crec que hi hauria que fer un exàmen psicològic a la entrenadora d’aquesta esportista.

¿Está disfrutando la deportista de una actividad tan bonita como la gimnasia? ¿Le merecerá la pena ganar una medalla después de lo que ha pasado?
En la meua opinió l’esportista no està disfrutant de res, ni de la gimnasia, ni del menjar, ni del dormir que també es una necessitat, ni de la familia i amics, etc. en fi es com si li hagueren llevat uns mesos de la seua vida, que damunt els ha passat d’una manera molt dolenta i sacrificada. Després si guanya o no la medalla, li pot pal•liar un poc el dolor, però tot el que ha passat no es compensa amb una medalla del color que siga. A més els entrenador crec que han de saber que els esportistes són persones amb sentiments, inquietuts, i no màquines fetes exclusivament per a entrenar i res més.

¿Qué tipo de preparación le han dado a la entrenadora para que actúe de tal manera? ¿Es cuestión de preparación teórica o de personalidad?
Com estém parlant de l’any 1996, fa ja més de deu anys, aquesta entrenadora encara possaria en funcionament els mètodes de gimnasia antics, els quals es basaven en obedir als entrenadors d’una forma estricta i sense poder aportar ninguna idea o malestar que pogueren tindre. Tot açò es una qüestió tant teòrica de adaptar-se a la societat com de personalitat de l’entrenadora.

Ernest Mortes Marqués

Pau Badal dijo...

Amb aquest article et dones compte del que és realment l'esport d'alt rendiment. Una xiqueta que li agradava fer gimnàstica, per plaer i diversió, i de repent es converteix en una obligació, en uns deures, unes normes, en quelcom de fastigós.

Els mitjans de comunicació ens mostren sempre qui aconsegueix la medalla, qui gunya el campionat, però mai mostren l'esforç que costa de veritat, el perill de les lesions, lo curta que és una vida esportiva, etc.

No sols la culpa de l'esport espectacle és dels mitjans de comunicació, sinó de la quantitat d'altres professionals que mengen d'ell, els propis espectadors, els pares que volen que el fill siga important per deixar de treballar, les federacions que proporcionen tots els diners als de dalt i a la base mai, i un factor que està agafant molta importància, els polítics. És penós com paguen milionades per xorrades com Copa del Amèrica, Campionat d'Europa de F1, Campionat del Món de Pista Coberta, quan hi ha xiquets que entrenen pels carrers per falta d'instal.lacions, desapareixen clubs per falta d'ajudes, etc.

Pau Badal i Martí

Unknown dijo...

El artículo expuesto en el libro de Devís es otra muestra más de la angustia que padecen muchos deportistas los cuales están sometidos a presiones inimaginables. Por si a alguien le interesa este tema, se acaba de publicar el libro "Lágrimas por una medalla" de Tania Lamarca, compañera de María, la que escribió el artículo que vemos en el blog. Tania fue expulsada del equipo nacional por pesar unos gramos de más... no hay que comentar nada al respecto. Haciendo referencia al acontecimiento que se presenta aquí contestaré a las preguntas:

- ¿El fin justifica los medios?

En mi opinión no. No entiendo como se intenta destruir a las personas con fines meramente políticos y económicos. Está claro que a la federación nacional le interesa ganar medallas y esto será a costa de sus gimnastas, le da igual sus sentimientos o su bienestar ya sea físico, mental o psicológico.

- ¿Qué tipo de preparación le han dado a la entrenadora para que actúe de tal manera? ¿Es cuestión de preparación teórica o de personalidad?

No creo que la entrenadora tenga una mala preparación, pues por lo que sé todas las entrenadoras del equipo nacional son licenciadas en CAFD. Creo que la culpa ahí proviene de más arriba, de la federación en este caso, la cual también tiene presiones externas. La entrenadora es aquí una simple marioneta que dirige a un grupo de gimnastas para alcanzar la gloria a toda costa. No le estoy quitando culpa, pues tiene mucha por tener ante sus ojos a gente entregada y aprovecharse de ello para explotarlas. En mi opinión, creo que su trabajo no es nada gratificante, no se podrá quedar satisfecha ante el daño que hace día a día a sus gimnastas, pero en fin, eso es cosa suya. Lo que quiero expresar es que muchas veces echamos la culpa a los propios entrenadores, mientras que son las federaciones, el COE o el CSD los que tienen mayor culpa.

Me gustaría comentar, que yo que provengo del mundo de la gimnasia rítmica me he topado con algún caso extremo, pero esto se empieza a manifestar cuando el deporte se pasa a una vertiente de alto nivel. Todos sabemos que una medalla supone sacrificio pero, ¿con la ayuda o sin ayuda de los profesionales del equipo? Está claro que aquí nadie miraba por las propias gimnastas.

Unknown dijo...

Es impresionante hasta donde se puede llegar por una medalla. Está claro que el fin no justifica los medios, sobretodo cuando estos van en detrimento de la salud, llegando al extremo de obligar a una niña a realizar sacrificios de este tipo, prohibiéndole necesidades básicas como el alimento o la educación, privándole de su libertad y de sus ganas de relacionarse con los demás. De esta forma es imposible disfrutar de una práctica deportiva, ya que no se realiza por placer, sino por obligación. Se ha dejado de lado la motivación intrínseca que movía a las deportistas para conseguir la motivación extrínseca que perseguía la entrenadora. Es obvio que tras estas condiciones no merece la pena ganar una medalla, de hecho, muchos de los deportistas que pasan por este tipo de “dictaduras” llegan a odiar el deporte.

Toda la culpa la tiene el entorno que rodea al deporte de alto rendimiento. Empezando por los padres, quienes pretenden que sus hijos sean famosos y les obligan a competir en edades tempranas, en ocasiones cuando todavía no tienen la capacidad de decisión, y terminando por los poderes públicos, que como bien sabemos dedican la mayor parte del dinero a un sector minoritario como es el deporte de competición, en lugar de dedicarlo al deporte de formación, fundamentado en mejorar la educación de aquellos que lo practican.

Pienso que más que la preparación, influye la personalidad de la entrenadora. A la hora de dirigir los entrenamientos, el hecho de seguir modelos técnicos, empobrece la educación de los deportistas, pero el resto tiene que ver con la personalidad de la entrenadora, que parece ser que tiene mal estructurada su jerarquía de valores, en la que las motivaciones de las niñas no aparece por ningún lado, pero sí lo famosa que se podría hacer si gana las olimpiadas.

Este es uno de los casos en los que se somete a los deportistas a actos inmorales por triunfar. Existen otros en los que se les obliga a que consuman productos dopantes por mero éxito deportivo. Parece ser que estas personas son seres irracionales.

Alfredo Lidón López

Alonso, Martinez y Villaplana dijo...

Antes que nada voy a saludar a mis amigos Miguel Angel y Damián, todo unos cracks.

Ahora si, voy a responder.

En cuanto a la primera cuestión que se nos plantea, mi respuesta es que no, porque como hemos visto a lo largo de la carrera y también con todo lo vivido hasta ahora en nuestra vida, hay diversas formas de llevar a término cualquier cosa, cada uno es libre de elegir la que crea conveniente, no por ello tiene que ser la mejor, en este sentido, la entrenadora se ha decantado por una método (por llamarlo método) de entrenamiento que creo que no es el adecuado, principalmente porque es bastante desmotivador y un deportiasta dificilmente logre buenos resultados desmotivado.

La segunda cuestión que abarca dos preguntas, creo que realmente en un principio la gimnasta si que disfrutaba con la gimnasia, por eso llegó hasta ahí, pero una vez dentro, cada vez más, su desmotivación era mayor y llegó a no disfrutar con el deporte que estaba practicando, pero en ese momento creo que si que le merecia ganar la medalla, porque, despues de todo el sufrimiento, una vez ahí dentro, con todo lo que pasaba, uno lucha y dice, pues vamos a por ella y después, no quiero ni saber nada de la gimnasia, pero en ese momento, una vez iniciado el camino, uno tira con lo que sea.

Para finalizar creo que la entrenadora tenia las dos carencias que se preguntan, en primer lugar la personalidad de esa persona debía ser más que fuerte y puede que tenga conocimientos teóricos sobre la gimnasia, pero conocimientos teóricos sobre, cómo tratar a un grupo de deportistas y más adolescentes, puede que no.

Un saludo, Javier Villaplana Velasco

Anónimo dijo...

- ¿El fin justifica los medios?
No sobre todo cuando se ve afectada la salud de las personas tanto a nivel físico, mental y psicológico. Ya que no veo muy lógico que para obtener un triunfo se tenga que poner en peligro la salud de las personas.

- ¿Esta disfrutando la deportista de una actividad tan bonita como la gimnasia?
No porque se siente presionada por si engorda, si no consigue la medalla, si no se esfuerza al máximo, etc. Todo esto le afecta negativamente tanto a nivel físico como mental.

¿Le merecerá la pena ganar una medalla después de lo que ha pasado?
No porque se siente angustiada y presionada, al principio le gustaría, estaría muy motivada, pero después ya no porque si para ganar una medalla tiene que perder su vida social, y dejar de vivir las cosas típicas de la gente de su edad (amigos, novio,…) así como sufrir necesidades fisiológicas ( sed, hambre, sueño) prefiere vivir una vida normal adecuada a su edad.

- ¿Que tipo de preparación le han dado a la entrenadora para que actue de tal manera? ¿Es cuestión de preparación teórica o de personalidad?
Pienso que la entrenadora habrá tenido una buena preparación y tendrá su correspondiente titulación, pero en mi opinión actúa de esta forma porque se lo mandan desde arriba y esto ocurre sobre todo en el deporte de élite y en los centros de alto rendimiento, donde lo único que importa son los éxitos conseguidos y no la salud de las personas.

GUILLERMO RODRIGO ROCH

Anónimo dijo...

¿El fin justifica los medios?

Nunca. Esta el la conclusión a la que se llega cuando se realiza una resumen positivo del famoso libro de Maquiavelo (‘El principe’). Cuando alguien explica que “el fin no justifica los medios” quiere decir que no se pueden emplear medios perversos para alcanzar un fin considerado bueno.

El fin que se perseguía era noble: alcanzar éxito para la niñas y para España. El camino que se trazó fue injusto y truculento.

Tengo noticias por los medios de comunicación de que el caso [maquiavélico] de mal comportamiento de los responsables españoles no era el único, también lo fue el de muchos equipos de países del este de Europa.

La disyuntiva es muy difícil y está complicada por un exceso de competitividad. Los entrenadores creen que sus equipos serian superados si se relaja la disciplina.

¿Está disfrutando la deportista de una actividad tan bonita como la gimnasia?

No disfruta en absoluto. Es una pena: la diversión no está reñida con el triunfo, me refiero a la diversión mientras se entrena; incluso cuando se compite. Estoy de acuerdo en que hacen falta en este deporte dosis de concentración y esfuerzo rayando en lo épico....pero, ¿cuantas veces hemos oído a grandes entrenadores y monitores decirles a sus chicos y chicas antes de la competición “salid y divertiros”?.

¿Le merecerá la pena ganar una medalla después de lo que ha pasado?

No. En absoluto; por lo apuntado en el punto primero y por temas de salud (física y mental). Y por traumas que pueden prolongarse durante toda la juventud de las gimnastas

¿Qué tipo de preparación le han dado a la entrenadora para que actúe de tal manera? ¿Es cuestión de preparación teórica o de personalidad?

En ningún momento me ha pasado por la cabeza que esa forma de actuar de las entrenadoras obedezca a un guión preestablecido por “los de arriba”; ya que de ser así, de actuación se podrían derivar, incluso, responsabilidades políticas.

Seguramente todo obedece al tipo de personalidad de las entrenadoras, a los que no niego sus ambiciones deportivas, su afán de victoria, su sed de triunfos y su celo (en este caso un celo excesivo) en los métodos. Táctica errónea: el camino a seguir es el de la motivación sin estrés, el esfuerzo atractivo. El sacrificio consentido, nunca impuesto.

Un saludo;

Ruth Olmos Corral

Raúl González Torres dijo...

Es escalofriante leer este artículo, y más sabiendo que no pasa únicamente en este deporte. Yo me quedo con la frase de "mamá que prefieres una medalla o una hija", es el ejemplo de la desesperación, de decir no puedo más, quiero acabar con esta pesadilla.
El fin no justifica los medios para nada y menos cuando se juega con la salud de las personas. Llevar un entrenamiento y una dieta de este tipo no solo les acarrea problemas físicos a las gimnastas sino que los problemas psicológicos son brutales. Por culpa de estos comportamientos han podido caer en transtornos alimenticios como la bulimia o la anorexia. Son lamentables estas actitudes.
Con estos métodos es imposible que la gimnasta disfrute, se convierte en un castigo lo comenzó como una diversión. Es muy bonito luchar por unos objetivos, por unas metas, pero si tienes que llegar a estos extremos para poder encumbrarte en una modalidad no merece la pena. Ha podido tirar toda su vida por la borda solo por el hecho de ser la mejor del múndo durante unos años, porque no tengo duda, que con estos métodos no se puede estar ahi arriba toda la vida, es antinatural y el cuerpo no puede soportarlo.
Estoy de acuerdo con mi compañera Sandra en que las presiones pueden venir de arriba, y que la entrenadora no esté tan mal formada como para forzar estas situaciones pero, que clase de profesional es capaz de amargar la vida de sus pupilos con tal de conseguir un triunfo o por ceder a una serie de presiones. Personalmente si algún día llego a ser entrenador de alto nivel y me "obligan" a realizar estas barbaridades, sin duda alguna dimitiré y me buscaré otro trabajo de lo que sea, porque si realmente esta "persona" es licenciada en CAFD deberían quitarle el título porque ensucia nuestro nombre.

Raúl González Torres

Unknown dijo...

Bueno tras leer el artículo podemos observar lo que conlleva el deporte de élite y también la prematura preparación específica en los deportistas.
En el deporte de elite como hemos podido ver no importa el proceso, sino el resultado final, que se consiga la medalla. El club o la federación va a realizar todo lo posible para que su atleta este en las mejores condiciones para salir a competir, lo unico que ocurre que no se mira per la salud de los atletas y si por su rendimiento.
Yo pienso que no todos los deportistas disfrutan del deporte estando al máximo nivel, como ya sabemos el deporte no es saludable y siempre van a sufrir para poder seguir en la elite, por ello veo correcto que si quieren sufrir y así poder disfrutar del deporte, pues creo que ese sufrimiento les llevará a conseguir disfrutar del deporte, pero si sufren y veen que no llegan a sus objetivos no llegarán a disfrutar del deporte.
Como hemos dicho y además en dicho deporte la prematura preparación específicas de las atletas les lleva a una estricta preparación para conseguir sus objetivos, si ella conoce a lo que se va a enfrentar y esta dispuesta, adelante, siempre con la opinión de sus padres y consentimiento. Como para conseguir la medalla solo tienes que realizar el ejercicio mejor que las demás si lo consigue pues si que debe obtener la medalla. Ya que este tipo de entrenadores solo quiere el maximo nivel de sus atletas llevandoles a hábitos poco saludables, suelen ser atletas retiradas y que han pasado por estas circunstancias.
Rubén Castelló Alós

Anónimo dijo...

Rubén cuando se te lee no se te entiende, además cometes muchas faltas de ortografía, miratelo, así no aprobarás nunca las opos.
Recomendación, Utiliza frases cortas y signos de puntuación.
I.